Magos con conejos, que te enseñan uno vivo al público pero no ven el muerto dentro del sombrero. Reducciones de jornada laboral a costa del empresario, y si se van de España es que son unos malvados. Luego te enteras que por irse también les cobran un pastizal y los tienen secuestrados. Empresarios que viven a costa de sus empleados, claro... pero los que no también te los estás cargando. Y mongolos pululando por redes sociales diciendo gilipolleces. Porque es que ya no tienen otro nombre (sí, si eres uno de ellos te he llamado mongolo). Y es que luego los primeros que se quejan son los que andan mendigando a la gente para que les paguen las empresas y montando bares para quedarse con los beneficios. El nuevo timo de la estampita. Pero es que estoy viendo tela de deficientes mentales que encima se dejan robar y luego te preguntan que si le quieres robar un poquito más. No saben ni cómo va el sistema. No han jugado nunca con dinero de verdad, y nunca han tenido a su cargo a personas de los que no son números como ellos te tratan.
A veces solo piensan en grandes empresas donde el número es gigantesco, pero no piensan en el negocio pequeño al que igual le exprimen como al grande o más. Cansado de ver conversaciones sin sentido, y que solo hacen distraer al personal. Mueve el dedo, mueve. Y sigue pasando... en facebook, en instagram, en tik tok, en twitter... sigue perdiendo neuronas y dejándote llevar por la inutilidad de conversaciones absurdas que no produndizan más que el segundo que te has parado a ver o leer.
La magia no existe. Y tus impuestos no salen de la nada. Sale de gente trabajadora que paga religiosamente. Y no, tu salario de funcionario no lo ha generado nadie, lo pagan nuestros impuestos. Pero tu salario de empleado no funcionario, sí lo ha generado alguien y si no tuviera beneficios, estarías en la calle. Porque señoros mongolos, el que crea una empresa para pagar sueldos, no crea empresa. A ver si el empresario se va a comer mil marrones y va pagar mil impuestos y sueldos, para quedarse como está. Pues, si no tiene empresa, no tiene mil problemas, y sigue como está (guiño guiño, monto un bar con tu dinero y no con el mío).
Si es que, que no veais el conejo muerto que huele de aquí a la Moncloa, tiene mérito.