Política para memos y linchamientos digitales. De eso va la cosa. De que los que nunca han jugado a esto, no sepan ni por donde les va a caer el palo. Jugar a ser jueces sin pruebas. Sentarse en el banquillo: unos con la chorra fuera; y otros, haciéndose los santos. Luego uno se come la sonrisa y el otro te hace la peineta en cuanto puede.
Los bandos, cada uno contando la parte de la historia que les conviene, sin ninguna objetividad, sin ningún rigor. Personas siguiendo el relato que más le gusta, tirados en el fango comiendo mierda. Izquierda y derecha, rebajados al más bajo nivel de la política, del debate y de la lógica. El cerebro humano en su mínima expresión. Y el dinero de tu trabajo y esfuerzo corre por ríos de corruptos y charlatanes que no merecen ni el aire que respiran.
Ataques sin piedad a personas públicas, hasta hundirlos en la miseria, llevarlos al extremo, dejándoles una pistola y una bala... no dejándoles opción y reir cada vez que fallan. Derrumbar al más fuerte sin importar nada: familia, trabajo, salud... con tal de ganar el relato, y seguir en el poder.
Se ha convertido en un circo y van con todo. El poder del estado para mantenerse en el poder. El poder del estado para ganar el relato o comprarlo. El poder del estado para desequilibrar la balanza de la opinión y tomar las provincias que no tienen. Llevarse a las personas a los extremos con banderitas del país o de otros países, y tirarles un palo. Mataros, mientras ellos visten cada día un modelito diferente. Mientras ellos ganan miles de euros mensuales y tu lloras por un SMI. Mientras ellos tienen chalets y propiedades, y tú sales a la calle por un techo en el que tus hijos resguardar.
No puede ser más abstracta, la realidad que estamos pintando.