Vamos a comprar votos tralalá.

por Borja Mari - 2 minutos
Vamos a comprar votos tralalá.

¿Y no se cansan de ver la basura que nos intentan meter todos los días por ojos y oídos? ¿No se cansan de esa defensa constante contra aquellos que creen saber lo que mejor te viene, por tu bien?

- Es por tu bien, chiquito. 
- Señora, que corra el aire. Señora... que, corra... el, aire.

Mientras las dos caras de la moneda son extremos televisivos. De perfil, uno ve cara; el otro, cruz. Ambos tienen razón, porque opinan según el dinero que les pague. Mientras el gobierno se encarga de destrozar la democracia comprando votos. Que no te engañen, empiezan con gafas, con paguitas, con ingresos mínimos, con legalización de inmigrantes... y terminas sin morder la mano que te ha dado de comer todo este tiempo. La mano te pide un voto, y gracias a ti, estamos condenados los que queremos la libertad.

Estamos en declive, aquellos que solo pedimos ganarnos lo que tenemos, y que no nos regalen nada. Ahora ganamos lo que podemos, y nos quitan lo que quieren, y cada vez más. No todos venimos de niños de papá y mamá, no todos somos terratenientes o empresaurios como piensas. No todos queremos el adoctrinamiento de izquierda o derecha, queremos educar y criar a nuestros hijos según nuestros valores, y ganarnos la vida, sin mantener a los políticos y los de las paguitas.

Que Melody venga a decir lo que media España grita, cuando se da cuenta que la han usado y luego van a cuchillo con ella. Qué bonito es preguntar por países donde la guerra no la hemos provocado nosotros, no la hacemos nosotros, ni nuestros soldados matan a niños inocentes... y nos preguntan qué opinamos de una guerra que no queremos y que digas lo que digas te van a crucificar.

Mantenemos a la mayor mierda de España empezando por los políticos y por todos aquellos chiringuitos que respiran gracias a las arcas públicas y que sirven para conseguir votantes y votontos, en esta sociedad donde la gente se vende por un mendrugo de pan.

De verdad, no pensaba que las personas eran tan obtusas.

Y ahora ven, y censúrame, Pedro.