No merece la pena. La palabrería barata a la que se ha rebajado cualquier red social, es para mear y no echar gota. Solo importan palabras sin consecuencias. Conversaciones donde su argumento es atacar con el pasado de hace 20 años, o cagadas políticas anteriores. Extrema izquierda que solo ven fachas y nazis; y ya usan ese argumento para todo. Miles de procesos judiciales, periodistas amansados, y ratas que lanzan micros. Y sin problemas, porque está la cosa con una paridad buena, aquí los deficientes mentales campan a sus anchas por el basto internet diciendo gilipolleces.
Escuchando un presidente hablar, al que no creemos ya ni el día en el que estamos, y su jauría de perros (y perras) de caza y sus opiniones sincronizadas, junto con una familia que saca tajada de nuestros impuestos; y una oposición acomodada recibiendo su paguita como si de discapacitados se trataran y con menos trabajo porque han descubierto que cobran igual y sin los problemas de dirigir un país... pues ¿qué le vamos a decir a los tontolavas que engatusan a los ciudadanos con la independencia o la república? Que ellos viven del camino, no de la realización, porque les pagan por correr pero no quieren llegar a la meta porque entonces les dejan de pagar; no les pagan por ganar (es decir, hacer cosas beneficiosas para la sociedad).
Si es que hay que ser deficiente mental para entrar al juego, pero es que es muy fácil dejarse llevar. He estado un tiempo, vaya pocilga de bots dando la lata y gente comprada con nuestros impuestos para dejar opiniones y ganar el relato que te intentan vender. Por eso, prefiero dejar aquí escrito lo que me salga de los cojones, sí, para eso es mi dominio y mi espacio y no vivo de prestado como vosotros.
Si has leído del tirón, enhorabuena, y bienvenido al mundo real... si es que alguno seguro que no llega ni aquí.
¡JA, JA, JA!
¡JA, JA, JA!
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¡Dios, qué asco da todo!